Hay veces que los accidentes suceden, nadie escapa a ello, puede ser un error de pilotaje, un fallo mecánico, mal tiempo, una combinación de factores, despiste …… estas cosas pasan.
Hacemos todo lo posible por evitarlo, se revisa todo, tenemos lista de comprobación pre vuelo y post vuelo, mantenimientos periódicos, estamos atentos durante el vuelo a cualquier ruido o comportamiento extraño, los demás compañeros nos ayudan y observan.
Son muchas las cosas que te pueden llevar al suelo un aeromodelo, eres tu piloto y tu mecánico. Por eso cuando preguntas a un aeromodelista cual es el mejor momento, casi siempre te dirá que después del vuelo, cuando estas recogiendo:
Sabes que has volado y llevas todo a casa en una pieza, esta viñeta de Carlitos lo representa de forma genial

Aquí estamos en la tarea posterior al vuelo, limpiar los restos de combustible (aceite motor del escape), vaciar el deposito, desconectar baterías, vaciar circuitos aire comprimido, comprobaciones post vuelo no hay nada suelto, roto, despegado, todo es funcional, el recubrimiento esta entero y sin perforaciones, el tren de aterrizaje cierra bien… pero tenemos esa sonrisa tonta de felicidad de haber volado y lo tenemos todo entero.
Pero no siempre es asi, puedes llamarle Murphy, mala suerte, errores, una parada de motor, un fallo de batería, una mala conexión, las famosas interferencias, un hormiguero en la pista… y como precaución siempre llevas una bolsa para cuando te toca recoger los trozos, aunque a veces la suerte de pone de nuestro lado.