Con el invierno se reducen los días con buen tiempo para volar: Menos hora de luz, lluvias, viento y frio por que no decirlo, con temperaturas cerca de 0ºC los dedos se agarrotan, las baterías funcionan peor y cuesta mas arrancar los motores.
Este tiempo muerto se suele aprovechar para construir y repasar los modelos. Es verdad que cada vez se construye menos pero al que le gusta lo hace, es una elección personal pero soy de la opinión que el aeromodelista serio debe construir de cuando en cuando algún modelo, no todo es volar y volar, además se aprende a reparar, que por desgracia los accidentes ocurren.
Se trata de hacer algo diferente, no hacer lo que te dan y hay lugar a la innovación y personalización.
Las últimas técnicas de corte por laser, fresadoras de Control Numérico, impresoras 3D, materiales compuestos dan lugar a muchas combinaciones posibles. Una opción es siempre la de los kit, esas cajas llenas de palitos y piezas recortadas donde hay unas pocas hojas de instrucciones y sobre todo un plano.
Siempre quedan muchos detalles abiertos donde cada uno da su toque propio.
Al final toda esta estructura queda cubierta y no se aprecia, pero tiene un encanto en su geometría.
Recientemente un compañero del Club ha compartido algunas fotos del proceso de construcción, que me gustaría compartir por su belleza.


Esto es impensable con una sierra de mano.
Es verdad que consume tiempo y se tarda mucho en terminarlos, manchamos todo de serrín pero nadie puede negar que tiene encanto y por encima de todo la satisfacción que da el construir y después volar.